Sin darse una cuenta lega ese momento en que la duda disipa tu pensamiento, no sabes como actuar y en las desiciones más cruciales bloqueas y no das sentido a tu quebranto. Dudas, regateas con tus ideas, sollozas en tu claridad y a la par ves una luz que guía tu desición límite y pasas a la acción.
Momentos no aclaratorios, la mente en un transfondo blanco es una ventaja, como un gran paño blanco, en el cual con una gran brocha suave pero con tinta inmortal, llanas y no sucumbes en ordenar y escribir sobre ella tus conceptos, principios e ideas a seguir al pie de la letra, nunca mejor dicho.
Arma de destrucción extremadamente compleja, cautivadoramente ingeniosa y maravillosamente fantástica, sin ella seríamos ínfimos seres de andar por ahí y por allá. Reductos de mareas agripadas y meandros de eterna soledad, nos da y nos quita, nos enloquece y nos hace llegar hasta el más intrincado juicio y razón, somos a ella y ella a nosotros.
Castigo y dicha, virtud y caída, mil victorias y mil derrotas, solo el aire que remansa los arbustos inamovibles, trae paz y sosiego a la locura incipiente, hacedor de descontrol y de placidez, de lágrimas esfervecentes y sonrisas color púrpura, ella lo es todo y sin ella somos vacío, nada, abismo en época de cazador que es cazado, de presa enjaula de superviviente extremo.
La foto es de Karl Blossfeldt
domingo, 30 de enero de 2011
martes, 25 de enero de 2011
CONTINUA
Apareció en sí de repente como un halo de misterio que llegaba como aire del norte, se acercaron. Ella lloró, le narró sus momentos actuales, él la abrazó y ella entre sollozos, encontró de forma casual y gratificante, un remanso de paz del fin de sus inquietudes, sintió paz.
Sucedían los días, se amoldaron a una vida no vivida, a unos momentos de paz de reflexión y ternura. Se iban conociendo, se iban gustando, pensamiento y actitud de la vida vivida, lleva aprender a estar solo, encausar una nueva vida, una merecida etapa en el camino que desarrollamos, luchar y seguir hacia delante por quien eres y lo que quieres y ante todo conocerse uno mismo , una asignatura pendiente para él.
El miedo a sentirse herido late en sus miradas, acostumbrarse a sentir es complicado cuando te han dado fuerte. Tomar decisiones, enjaular lo nefasto y aprender de lo no sabido arroyo que mece una hoja de nogal, mientras el mirlo con cautela y curiosidad la observa y resiste con bravura el aleteo el aleteo del pez que guarda en sus fauces.
Es una bella historia que sigue su curso y dictamina una forma y u modo de ser.
La foto es Indiana Caba
Sucedían los días, se amoldaron a una vida no vivida, a unos momentos de paz de reflexión y ternura. Se iban conociendo, se iban gustando, pensamiento y actitud de la vida vivida, lleva aprender a estar solo, encausar una nueva vida, una merecida etapa en el camino que desarrollamos, luchar y seguir hacia delante por quien eres y lo que quieres y ante todo conocerse uno mismo , una asignatura pendiente para él.
El miedo a sentirse herido late en sus miradas, acostumbrarse a sentir es complicado cuando te han dado fuerte. Tomar decisiones, enjaular lo nefasto y aprender de lo no sabido arroyo que mece una hoja de nogal, mientras el mirlo con cautela y curiosidad la observa y resiste con bravura el aleteo el aleteo del pez que guarda en sus fauces.
Es una bella historia que sigue su curso y dictamina una forma y u modo de ser.
La foto es Indiana Caba
sábado, 22 de enero de 2011
BASTA UN MOMENTO
Solo basta que en ese preciso momento las mariposas, libélulas y zumbidas abejas se distribuyen parpadeantes frente a mí. La ola que emancipa la tenue rocas y en verde brillo se presenta en la batida orilla. Ese fuego que se desparrama en candelas aromáticas, susurro de unos brazos que sustentan todo, unos dedos que amordazan con tesón cada instante que se siente su pecho en mi corazón, como un deslumbrante y volátil polen que se disfraza en cada flor, dejando su preciado regalo, sinónimo de luz.
Cada momento que sus brazos arden en mi pecho, es llevar un árbol recién plantado, tuyo, propio al que tienes que cuidar, abonar y dar mucho respeto.
Así es como me siento cuando sus latidos se funden con los míos.
El poder de un abrazo.
La foto es Julia Margaret Cameron
Cada momento que sus brazos arden en mi pecho, es llevar un árbol recién plantado, tuyo, propio al que tienes que cuidar, abonar y dar mucho respeto.
Así es como me siento cuando sus latidos se funden con los míos.
El poder de un abrazo.
La foto es Julia Margaret Cameron
martes, 18 de enero de 2011
CADA DÍA QUE PASA
Únicamente falto alzar la cabeza una sola vez para subarrendar un pensamiento que se transformo en lanza certera.
Mi cabeza fría y caliente dictaminó en morada no he buscado y he hallado, no sentía y he volado, no he vivido y he vuelvo a latir. Mi corazón con echino fervor me susurro - inténtalo te da vida, respiras y agua perfumada abrazan tus ojos, sueñas y sacudidas ramas de sauce despiertan en la bastedad del rocío.
Detener mi latido y sucumbir en una nube de espesura blanca-jazmín. La primera frase elocutiva me sonó a viento de pétalos de azalea, quise y así sucedió que ese aire me abrazo la cara de forma tierna. Su mirada fue furtiva y risueña. En ella me encontré relajado como el agua mansa que baña los fértiles arrozales, como a cautelosa y a la vez triunfador cástor que exhala de satisfacción, cuando su genial obra cobra sentido pleno.
Me regala momento de ternura eterna, ilusión y realidad por buscar la magia que ella ofrece su presencia me da voluntad, su vida me atrae y me agolpa a formar parte de ella.
Siempre seré un refugio en su corazón.
Mi cabeza fría y caliente dictaminó en morada no he buscado y he hallado, no sentía y he volado, no he vivido y he vuelvo a latir. Mi corazón con echino fervor me susurro - inténtalo te da vida, respiras y agua perfumada abrazan tus ojos, sueñas y sacudidas ramas de sauce despiertan en la bastedad del rocío.
Detener mi latido y sucumbir en una nube de espesura blanca-jazmín. La primera frase elocutiva me sonó a viento de pétalos de azalea, quise y así sucedió que ese aire me abrazo la cara de forma tierna. Su mirada fue furtiva y risueña. En ella me encontré relajado como el agua mansa que baña los fértiles arrozales, como a cautelosa y a la vez triunfador cástor que exhala de satisfacción, cuando su genial obra cobra sentido pleno.
Me regala momento de ternura eterna, ilusión y realidad por buscar la magia que ella ofrece su presencia me da voluntad, su vida me atrae y me agolpa a formar parte de ella.
Siempre seré un refugio en su corazón.
La foto es de Oscar Gustave Rejlander
Su cuerpo me regala esperanza, sus manos me ofrecen soñar, sus caricias son ramas de nogal, y sus labios palpitaciones de azahar. Siento cada aleteo de su mirada que abruma y sonroja mi despertar.
sábado, 15 de enero de 2011
ABANDONAR
Me enraizé al observar esos misterios sustentos que mi corazón presentía. Fue verla y sucumbir, pensarlo y romper, no pensar y distraer.
Jamás he sentido unos ojos tan perdidos , con aroma a jazmín marchito, una expresión de azabache efímero. Su expresión me dejo helado, al igual que un árbol que impotente se ve perjurar en cuanta vida pierde, cuantas almas se refugian en su fortaleza, cuantos suspiros adormecería, cuantos lazos vería atar y romper en el paso de los tiempos, ecuánime momento en que el vil, acerado y maléfico metal acaba con tan bello ser.
Ha sido verla en una ocasión, solo sentir su extrema tristeza, aturdida, notablemente perdida, en esos ojos se desmelena toda cordura. Sentí las puertas del Aqueronte bañar mi momento de duda, al petrificar mi cuerpo. ¿como es posible albergar tanta tristeza en una mirada que es capaz de secar las piedras y atormentar la bastedad poseidónica?
Jamás he sentido unos ojos tan perdidos , con aroma a jazmín marchito, una expresión de azabache efímero. Su expresión me dejo helado, al igual que un árbol que impotente se ve perjurar en cuanta vida pierde, cuantas almas se refugian en su fortaleza, cuantos suspiros adormecería, cuantos lazos vería atar y romper en el paso de los tiempos, ecuánime momento en que el vil, acerado y maléfico metal acaba con tan bello ser.
La foto es de Peré Ibañez
lunes, 10 de enero de 2011
DOS DÍAS
La foto es de Manuel Álvarez Bravo
Una verdad que te ofrecen fresca, renovada y pura. Sauce que amarrado a la tierra deja de vibrar, cada soplo de aire, cada aleteo de ese ave que curiosa y agradecida se posa en su cuerpo, ardilla que se jacta en cada salto que sorprende su mirada, sauce agradecido, bello y fuerte.
Soy cociente de la realidad que rodea el avatar e mi claridad. Salto, río, corro, aleteo, en este día el tercero de ellos. Los dos anteriores que me han ofrecido un sentido, un momento y una grandeza, que como hoja perenne no cesa, no vacila, no se desprende del sorprendente lamento que es a la vez firme y conciliadora.
Cada remanso, cada graznido, cada ladrido, cada rugido, todo significa vida, paz, lucha y encuentro. En ellos dos he disfrutado y encontrado un paso a una libertad que ya no cabalga efímera, desunida y da siempre paso de siete leguas y latidos de gigante.
Nunca será lo mismo desde el tercer fogonazo, alumbrado, todo sigue su curso.
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