sábado, 22 de enero de 2011

BASTA UN MOMENTO

Solo basta que en ese preciso momento las mariposas, libélulas y zumbidas abejas se distribuyen parpadeantes frente a  mí. La ola que emancipa la tenue rocas y en verde brillo se presenta en la batida orilla. Ese fuego que se desparrama en candelas aromáticas, susurro  de unos brazos que sustentan todo, unos dedos que amordazan con tesón cada instante que se siente su pecho en mi corazón, como un deslumbrante y volátil polen que se disfraza en cada flor, dejando su preciado regalo, sinónimo de luz.
Cada momento que sus brazos arden en mi pecho, es llevar un árbol recién plantado, tuyo, propio al que tienes que cuidar, abonar y dar mucho respeto.
Así es como me siento cuando sus latidos se funden con los míos.
El poder de un abrazo.

                                                      La foto es Julia Margaret Cameron