Piar, piar sin hacer eco de su reclamo. Momento actual de pared, de reflexión.
Monte que impide blandir las alas, ideas que desbordan el remansarse continuo que obstruye el pensamiento.
Cien colibrí con su capacidad agitadora, multiplicada por mil, estruendo enloquecedor.
Llama fija, que al posar tus fecundos dedos no quema, no siente. Segundos, minutos, horas de forma expectral, chocan la barrera retornable que todo lo toca,todo lo calcula, todo lo enfría. Sensación incomprendida, cauteloso despertar, como ráfaga abocanada que del letargo despiertan avatible al cóndor que se bate en suma rectitud dispuesto a llevarte, a atrapar tu minúsculo deseo.
Retornar en él, que su fuerza te de viento, cambio e irremediables ganas de dejarse transportar al enloquecido y locuaz presente que manifiesta tu pensamiento.
Sensaciones avenidas en la diaria perpetuidad aislada, escapar sin escapar.
La foto es de Man Ray