martes, 4 de octubre de 2011

PERDERSE SIN MÁS

Vuelvo a ver esa mirada perdida, desconsertante. Habla de épocas pasadas, grandes triunfos,
derrota sin aprender, clamores sin rescatar acompasados por turbios pretextos y singular presente.
Te cautiva a explorar, te extremece a dislocar tu presente. Se pierde sinuosa como el bravo y
jerárquico oleaje que amedrenta las rocas, erosiona su pureza y confraterniza su completa agonía.
Ave que despluma su cuerpo por un enfermizo recelo. Hormiga, que perdida de su vasto imperio,
cae en las profundidades de la abismal tierra.
Hoja de olivo que desprendida del follaje, es alimentada por un Eolo que la marea, aturdiéndola a
lugares sin sentido.
Eso presenta la mirada más triste que he visto en vida. Subyugas a sentir y plantear el camino del
humano, planteas tu comienzo y tu día, esa mirada es el reflejo del todo por el todo.


                            
                    

                        
                                      La foto es de  Adolf Gaine  de  Meyer