Se sentaron frente a frente como debía ser. Ella lo observaba, intuía, como esa noche cerrada que desde la altura más vertiginosa del ciprés, el búho dispone todo lo que vive, respira o piensa. El la radiografía como un león cauteloso, a la par que impulsivo, hambriento de orgullo que disipa de manera coherente la batida de bueyes, al que por respeto y temor se mantiene oculto, esperando el ansiado instante.
El acredita sus documentos, ella los mira de manera detenida, con seguridad, todo está en regla, todo en su justa medida. Llama a la receptiva y sumisa mujer, gorrión agazapado en los pies del árbol esperando el primer rayo para comunicarse a la vida. -Acercarte- le dice ella , el león valiente y orgulloso le contesta que ella no sabe, no entiende, el arreglará todo en su nombre, en su mente. Ella como el búho baja del árbol, se lanza al asustadizo e ínfimo ratón en el que acaba de transformarse el león. Por fín ella la agazapa gorrioncilla vuela sin temor, el búho vela porque las fauces del león no la atormenten, púes ahora no es más que un ratón en la guarida del gato.¿Como se puede imponer sobre un poder autoritario? Ella es la antítesis en él, con la mente opuesta.
La foto es de Henry Fox Talbot