martes, 25 de enero de 2011

CONTINUA

Apareció en sí de repente como un halo de misterio que llegaba como aire del norte, se acercaron.  Ella lloró, le narró sus momentos actuales, él la abrazó y ella entre sollozos, encontró de forma casual y gratificante, un remanso de paz del fin de sus inquietudes, sintió paz.
Sucedían los días, se amoldaron a una vida no vivida, a unos momentos  de paz de reflexión y ternura. Se iban conociendo, se iban gustando, pensamiento y actitud de la vida vivida, lleva aprender a estar solo, encausar una nueva vida, una merecida etapa en el camino que desarrollamos, luchar y seguir hacia delante por quien eres y lo que quieres y ante todo conocerse uno mismo , una asignatura pendiente para él.
El miedo a sentirse herido late en sus miradas, acostumbrarse a sentir es complicado cuando te han dado fuerte. Tomar decisiones, enjaular lo nefasto y aprender de lo no sabido arroyo que mece una hoja de nogal, mientras el mirlo con cautela y curiosidad la observa y resiste con bravura el aleteo el aleteo del pez que guarda en sus fauces.
Es una bella historia que sigue su curso y dictamina una forma y u modo de ser.



                                              La foto es Indiana Caba