sábado, 13 de noviembre de 2010

MUCHO POR DESCUBIR

                                             La foto es de Julia Margaret Cameron

 El tiempo se ha  detenido y como una nube  clara y conciliadora surcase el presente, el espíritu, el cuerpo. Sosiego, sonrisa. Es una experiencia similar casi gemela, como vivida en otro tiempo, y así fue. Cada golpeteo se deja palpar, tan veloz como una locomotora, que tras arder la madera, el ansiado coque o cual voraz comburente, truena arrolladora, fugaz, inalcanzable y a la vez pasivo, lento como el caracol  que al culminar la lluvia, se deja arrastrar por cada suspiro que desprende una gota y otra. Su fragilidad y pureza, languidecería a la más desmesurada y atracante criatura, que con un ínfimo contacto y esbozo, caería como la prominente hoja, doblada hacia el vacío, al término de la brava tempestad. Observar cada instante de su amanecida burbuja , de su sencillez remansa y tranquilizadora. Verlo es querer, vivir y perseverar. Tocarlo es transportarse a un sueño, que segundo a segundo se transforma en realidad. Comienza un camino, una verdad y de la mano puede ser más sencillo.