Observa mis pensamientos y tristezas, alegrías e ideas, inherente en mí me dejo llevar. Su gélida mirada me hace sonreír, su tórrido atardecer me acelera en un desafiante palpitar.
En mi presente está, más en mi futuro seguirá . Deambulo, vagabundeo por sus contornos. Recorro cada milímetro de sus aveces claras miradas y otras tantas oscuras pero para mi igual de hermosa.
Grande has sido,bella eres, e inmortal serás por siempre, como ese pino recio, duro a prueba de fuego, de tiempo, de ojos que envidia, de corazones que se han corrompido únicamente con tan solo escucharte, con saborearte, con besar tus ojos de leyenda.
Sentir, que como un ave desventurada, vacías el aire de mi cordura con tus incesantes idas y venidas. De allí vienes y en puro aliado me encontrarás. Te amo aunque la distancia no sea el aval de tu olvido.
El Coso de Zaragoza, años 20-30